Recuerdos de una rosa
100 años dijo que pasaba.
Y yo aún esperando oírle suplicar.
Al menos que me pidiese perdón.
Y aún así se niega a acordarse de mi.
Es insufrible;
Insoportable,
Como pude fijarme en algo así.
Yo todavia tengo vagos recuerdos;
Cómo me rozaba la mano con delicadeza,
Luego me regalaba una flor;
Pidiéndome clemencia i a la vez amor.
Estaba en el paraíso gracias a él;
La amargura de cómo me llamaba.
En como me rozaba la piel.
Ahora sólo soy un recuerdo más.
100 años, 100 míseros años
Y yo esperando, a que un inmenso jardín;
Apareciese a mi alrededor.
Quería desaparecer; salir del mapa;
Como una rosa puede olvidarse de algo que tanto amaba;
Y encima con su adorable belleza,
Que deslumbra a todo aquel que le gustaba.
Soneto de la Zubia
Tu me abandonarás en primavera,
cuando sangre la dicha en los granados
y el secadero, de ojos asombrados,
presienta la cosecha venidera.
Creerá el olivo de la carretera
ya en su rama los frutos verdeados.
Verterá por maizales y sembrados
el milagro su alegre revolera.
Tu me abandonarás. Y tan labriega
clareará la tarde en el ejido,
que pensaré “Es el dia lo que llega”.
Tu me abandonarás sin hacer ruido,
mientras mi corazón salpica y juega
sin darse cuenta de que ya te has ido.
Records en el poble de Mura
Amb el meu cor encongit,
veig a la persona, amb gran neguit.
Però tot i així;
m’en recordo d’ell,
sigui asseguda
o anant pel camí.
No sé, si en aquests moments;
el meu amic m’estarà escoltant,
però jo el trobo a faltar.
Sigui pel matí,
o tarda,
i penso, amb gran delit,
si ell s’enrecordarà de mi.
Encara veig el seu somriure,
la seva veu calmosa,
al parlar.
La Puput
Vaig arribar a principis de la crida;
i com s’atança el el solet,
tota la gent em mira.
Clar! Que amb la meva cançoneta;
molesto a qualseol indret,
sigui a la farmacèutica o al fuster.
De roig em veuen molt acalorada;
i quan hi ha ennuvolat se m’amaga,
i m’apareix el marró com la fusta amarga.
Això sí, de niu en solc fer;
però el faig a la muntanya,
i apareixo per la ciutat,
just quan la primavera arriba.